Granadas contra la libertad de expresión

Antes del ataque con granadas al diario El Debate de Culiacán hubo otro muy fuerte el 6 de febrero de 2006 en las instalaciones del periódico El Mañana, de Nuevo Laredo, Tamaulipas, una región expuesta al narcotráfico y a la violencia.

Por fortuna en esta ocasión no murió nadie, pero aquella vez le dieron cinco balazos al periodista Jaime Orozco Tey --15 años en la profesión-- cuando intentaba escapar de la descarga. Quedó paralítico porque una bala le dio en la columna vertebral.

Esa vez dos hombres irrumpieron en la redacción del diario y dispararon a mansalva con sus AR-15 y AK-47, y no conformes, lanzaron una granada de fragmentación. Los periodistas, en medio de una crisis de nervios, se tiraron al suelo y salvaron la vida, pese a que varios de ellos quedaron heridos por los fragmentos de los cristales.

Desde esa ocasión, la dirección de El Mañana anunció que ya no llevaría a cabo ninguna investigación relacionada con el narcotráfico.